¿Somos protagonistas de una revolución?

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Por Samantha Gordillo y Eduardo Meneses

Desde hace años venimos oyendo que las y los trabajadores de la tecnología somos “protagonistas” de una revolución, la IV Revolución Industrial. Pero ¿qué significa realmente esto? Todas y todos hemos leído acerca de las diferentes revoluciones industriales: siglos atrás, la introducción de las máquinas de vapor y el desarrollo de la energía hidraúlica dieron paso a una transformación social y económica que permitió la producción mecanizada de mercancías; posterior a esto, la electricidad permitió un salto a la producción en masa y, en el siglo pasado, la introducción de herramientas informáticas permitieron la automatización de ciertos procesos de producción.

Todo esto no sólo transformó la forma en la que producimos, sino que cambió radicalmente nuestra forma de relacionarnos, de organizarnos en torno a esta producción y hasta moldeó la cultura popular a través de la cuál entendemos el mundo. Así arribamos al presente, a la famosa 4ta revolución industrial, donde las tecnologías digitales están mediando cada aspecto de nuestra sociedad: trabajo, educación, democracia, economía e incluso las relaciones cotidianas.

Desde quienes trabajamos en esta industria queremos preguntar ¿cuáles son los desafíos que tenemos sobre este momento particular? Antes que nada, ser parte de esta revolución, por el lado de trabajadoras y trabajadores de la industria tecnológica, no significa que tengamos todo el poder para decidir hacia dónde se dirige la sociedad y cómo se construye el mundo de mañana: eso se decide en función de dinámicas estructurales que moldean toda nuestra sociedad y sobre las cuales no tenemos individualmente gran influencia.

Sin embargo, no podemos dejar de señalar la gran responsabilidad que tenemos, primero ante las organizaciones con las que trabajamos en esta transformación digital y que debemos acompañar en la comprensión de las implicaciones sociales de este proceso. Y en igual medida, la profunda responsabilidad ante el conjunto de una sociedad que recién empieza a debatir sobre el impacto social de éstas tecnologías. Entendemos, a partir de estos, que nuestro rol no es el de “protagonistas” de una revolución tecnológica, sino el de acompañantes y habilitadores del debate que determinará su rumbo.

Nuestra responsabilidad: Evidenciar que la tecnología no es neutra y ser capaces de problematizarla

Empecemos por romper el mito que sostiene que las tecnologías digitales pueden ser neutrales, la ilusión de que son una simple serie de comandos lógicos sin carga cultural o política alguna. Romper este mito quiere decir tomar consciencia y poder afirmar que la forma en que decidimos cómo se estructuran las series de “unos” y “ceros” es fundamentalmente política. Y es que la forma en que nos organizamos para crear tecnología es política. La forma en que analizamos qué significa que una tecnología “funcione” también lo es, al igual que la forma en que decidimos para “quién” va a funcionar y para “quién” no.

Ninguno de estos procesos está por fuera de todas las tensiones que estructuran nuestra sociedad: el racismo, el sexismo, la explotación laboral o la importancia que damos a los intereses privados frente al bien común.

Es por ello que nuestra tarea fundamental, como trabajadoras y trabajadores de la tecnología, es la de ayudar a abrir esa “caja negra” que históricamente ha sido la tecnología, romper la idea de que lo que está dentro de ésta no importa y discutir colectiva y responsablemente sobre la forma que le queremos dar a esas series de “unos” y “ceros” que están construyendo la arquitectura digital en la cual se sostendrá el mundo de mañana.

Ya se han dado algunos pasos muy interesantes en este sentido, con herramientas como las que encontramos en Guías de Tecnología Responsable o en reflexiones relativas a cómo la diversidad en la industria nos puede ayudar a Descolonizar la Tecnología. Sin embargo, queda aún mucho por hacer en el camino hacia la construcción de un futuro tecnológico equitativo.

Es particularmente emocionante y desafiante para quiénes trabajamos en la industria pensar que mientras el debate ciudadano frente al impacto social de las tecnologías digitales va tomando fuerza, debemos estar a la altura del lugar particular que ocupamos en estas transformaciones históricas.

¡Seamos parte de esta discusión junto con el resto de la sociedad!

Disclaimer: las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son las de l@s autor@s y no reflejan necesariamente las posturas de Thoughtworks.

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